Fragmento
Julio Cortázar
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Vea, señora (...) lo que a
usted le molesta verdaderamente es que se hable con tanto
desenfado de la reina Victoria, y por eso le voy a
explicar porque le tengo más afecto a Jack y a Mary Kelly
que a la gloriosa soberana. En la idea figurada que me
hago de un mundo mejor, Jack ha venido a la tierra para
destripar a la reina. Cuando digo Jack, cuando digo reina,
quizá usted ya me entiende; y si todavía no está claro
entérese de que un tal Henry Mayhew, citado por Franklin
en su estudio sobre el Ripper, comprobó que en tiempos de
la gloriosa soberana las condiciones de vida en Londres
eran tan monstruosas que el número de prostitutas pasaba
de ochenta mil. El desempleo, la miseria, el despotismo
social, no dejaban a esas mujeres otro reino que el de la
ginebra, las enfermedades venéreas o el cuchillo; para
una Moll Flanders, cuántas acababan como la Nancy de
Oliver Twist? Desde luego, los estadígrafos y la
mofletuda soberana no se enteraban de nada. Y nada
resume mejor el paraíso victoriano que la frase de una de
las muchachas del East End, cuando la aconsejaban que
dejara de trabajar en la calle para no encontrarse con el
Ripper: "Bah, que venga. Cuanto antes mejor para una
como yo". Así, señora, por muy horribles que fueran
los crímenes del Ripper, parecen obras de beneficencia
frente a este hipócrita genocidio que en tantas partes
del mundo está lejos de haber cesado; y por eso, en mi
mundo figurado, Jack sigue ahí para destripar a la reina
Victoria, y el poema que compuse como epígrafe es irónicamente
cierto y Jack es un pilar de la sociedad. En su película
sobre Peter Kürten, el francés Robert Hossein vio muy
bien el problema: la ciudad de Düsseldorf, que tiembla
ante los repetidos asesinatos del vampiro, tolera
impasible las palizas de los nazis a los judíos, las
primeras destrucciones de bibliotecas, los desfiles de las
juventudes hitleristas. Voilà, madame. |
Fragmento de "La vuelta al día en ochenta
mundos"
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