CRÍMENES INADVERTIDOS

Miyal
Camino por estos pasillos
de paredes tristes...
muchas puertas,
muchas camas,
muchos hombres de blanco,
y muros (...)
muros destinados a callar,
destinados a guardar silencio.
Muros que son testigos,
testigos de crímenes disfrazados,
pero callan, porque no pueden hablar.
Estos muros saben de Ana,
de aquella niña de 15 primaveras
que andaban por estos pasillos.
Saben de la vida que traía consigo,
y saben, que se marcho sin ella,
saben quien fué el asesino,
saben quién protagonizó el crimen
pero son muros solenciosos
que carecen de boca para hablar
para testificar, para culpar.
Ellos son testigos,
Testigos de la codicia y la maldad
Testigos del crimen y del dolor.
Sigo caminando por estos pasillos,
miro a los hombres de blanco
y me pregunto ansiosa y triste
cuantas vidas se marcharon,
de esta forma clandestina,
cuantas vidas se prohibieron
de dejar su huella en el mundo.
quizás el día de mañana
hubiesen sido grandes personas
grandes artistas,
grandes filósofos
grandes científicos
Pero... ¿cómo saberlo?
Nadie sabe nada
o mejor dicho,
todos saben y nadie habla,
todos tapan la verdad,
Pero los muros lo saben
y callan porque no pueden hablar.
Pero saben...
Ellos son los testigos
de una dura verdad,
Ellos son los testigos
de crímenes inadvertidos.